lunes, 10 de agosto de 2015

CIRCUNCISIÓN (II)

La verdadera circuncisión es la interna, la del corazón. Uno puede estar circuncidado en la carne y con ello indica su pertenencia al pueblo de la Alianza. Otro puede no estar circuncidado pero se atiene a la Ley y vive de acuerdo con ella. Este es un también un verdadero circunciso. Con ello no minusvaloramos la circuncisión pero trascendemos la materialidad  del hecho en si mismo. Preferimos reconocer que la vivencia y el compromiso es lo que hace a uno ser digno, verdaderamente,  de la Alianza con Dios.

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