martes, 6 de marzo de 2018

DE CORAZÓN

Es así como el perdón otorgado se parece al de Dios, se le aproxima algo. Porque si no es de esta manera con el hermano, tampoco El nos perdonará a nosotros. Dios al que ponemos tan lejos y El erre que erre por no decir eñe que eñe, acercándose a no poder más en los que merodean por donde nosotros, sobre todo, en aquellos que a simple vista parece que no son atrayentes. Así que aunque sabemos, nos cuesta un riñón.