domingo, 4 de septiembre de 2016

PABLO, ANCIANO Y PRISIONERO

Su carrera no fue en vano. No es un fracaso envejecer y llevar cadenas por la Palabra de Dios. Pudo decir he combatido bien mi combate, me espera la corona merecida que Dios concede a los que creen en El . Se fue arrugando por fuera pero por dentro rejuvenecía y vencía al león; su camino se fue iluminando por el bautismo recibido y el ejercicio de su apostolado por carta y en persona le hizo alcanzar al Cristo que primero lo alcanzó a el.