María se puso en camino y nos dinamiza. Nos pone con ella en el camino del servicio, del encuentro, nos hace salir de nuestros ensimismamientos y nos saca afuera. Dios nos habla internamente pero no para quedarse en un diálogo particular sino que suscita el encontrarse con otros y desde ahí con Él mismo. Emprendamos esta aventura que es la propia vida. María es la mejor maestra porque es la mejor alumna de Dios, interrelación abierta y fecunda. Con ella nos topamos con Cristo y gritamos "eureka".
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