El lisiado de nacimiento pasa de la inmovilidad a dar saltos de alegría al verse curado. De no saber andar a dar botes, hay un cambio estructural, existencial. Es una vida totalmente nueva. Todo gracias al poder de Jesucristo que transforma nuestro ser de una forma insospechada para nosotros. El puede hacerlo porque el Padre, Dios, lo ha levantado de la muerte resucitándolo,
No hay comentarios:
Publicar un comentario